La llegada del teletrabajo pone en alerta un asunto tan espinoso como clásico, saber qué hacen los trabajadores en su horario de trabajo. Acciones cotidianas como tomar un café, fumar un cigarro o ir al baño pueden ser un nido de malentendidos cuando la oficina está en casa, donde los empresarios no controlan visualmente al empleado.

Es común que estas tradicionales desconexiones, para estirar las piernas, desayunar o atender una llamada, se registren con el estatus de ausente o en amarillo. Esto ocurre cuando el sistema capta que el empleado pasa varios minutos sin realizar ninguna acción en su computadora. Estos periodos de ausencia pueden confundir a los jefes. El asunto de ir al baño, sin ir más lejos, ya ha requerido en otros países la atención de la justicia. La Audiencia Nacional española tuvo que aclarar en mayo de este año que esta necesidad en un call center, debe entenderse como tiempo de trabajo. La empresa no puede descontar estos periodos del tiempo de descanso.

Ahora bien, no todas las pausas en el teletrabajo son tiempo perdido (y por tanto recuperable). Hay patrones aceptados por las leyes y por los usos de oficina en general, ir al baño “es una necesidad básica”, y por tanto, obligar a “recuperar el tiempo sería una cuestión que atentaría contra la dignidad del trabajador”.

Otro ejemplo de pausa no descontable es la falta de señal de Internet en casa, los tribunales tendrán que pronunciarse sobre si estas desconexiones pueden perjudicar al empleado. ¿Los empleados en casa no tienen la obligación de amortizar al final del día el tiempo que hayan estado sin Internet?

Otro aspecto polémico lo constituye la necesidad de hacer ciertas “gestiones privadas”, como ir al banco o a hacer un trámite, en especial cuando hay coincidencia de horarios. La Ley Federal del Trabajo aboga por la flexibilidad, sin embargo en estos casos, lo recomendable es avisar a los jefes con antelación sobre la ausencia.

Pero en el otro extremo, el teletrabajo no es sinónimo de “trabajar menos horas”, significa que si estás contratado por una jornada de ocho horas, puedes flexibilizar esas ocho horas de trabajo en el día”. De esta manera, “el trabajador deberá recuperar aquellos tiempos que, debiendo ser de trabajo efectivo no lo han sido, siempre y cuando no sean descansos o permisos legalmente previstos.

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