En su empleo como ingeniero de masterización musical, Chris Longwood pasa horas haciendo llamadas de Zoom e intercambiando correos electrónicos con artistas de todo el mundo para tener un álbum listo para su lanzamiento.

Espera con ansias el día en que pueda reunirse con ellos en un estudio de grabación virtual, editando tracks en tiempo real.

“Veo un futuro en el que mis clientes se pongan un casco o lentes y puedan sentir como si estuvieran en el estudio conmigo”, manifestó Longwood, de 35 años, quien vive en Houston.

Pronto, no será ciencia ficción. Visionarios tecnológicos esperan escenarios muy parecidos a éste en el mundo en desarrollo al que llaman el metaverso. Cuando necesitemos reunirnos con colegas o clientes para más que sólo hablar, nos conectaremos a espacios virtuales tan realistas que parecerá como si estuviéramos físicamente en el mismo cuarto. Nos veremos unos a otros en la forma de avatares que, si queremos, se verán casi idénticos a nosotros en la vida real. Y con guantes especializados en nuestras manos reales, podremos tocar y manipular versiones virtuales de productos como maquinaria o telas.

Muchas compañías que adoptan el trabajo a distancia aún recurrirán a juntas presenciales de vez en cuando. Sin embargo, algunos expertos esperan que el nuevo ámbito virtual básicamente cambie la manera en que mucha gente realiza su trabajo, y también genere nuevos empleos, algunos desconocidos hoy.

También se espera que el metaverso traiga retos, como más competencia por empleos y mayor rotación laboral al tiempo que la ubicación de los empleados se volverá menos importante. Los patrones podrían monitorear más de cerca la conducta de los trabajadores, lo que plantea problemáticas de privacidad.

No se espera que la gente pase jornadas laborales enteras usando cascos incómodos para juntas virtuales. En vez de ello, analistas pronostican que las interacciones con el mundo virtual sucederán cuando sea más útil, ya sea parcialmente o como una inmersión total. El hardware se volverá más ligero, barato y avanzado.

“El metaverso será evolutivo, no revolucionario”, afirma John Egan, CEO de la firma de análisis L’Atelier BNP Paribas, con sede en París. “Nuestra capacidad productiva será considerablemente ampliada en la misma forma en que las computadoras y los teléfonos celulares permitieron mayores niveles de productividad y complejidad”.

A continuación, algunas formas en que se espera que el metaverso transforme el lugar de trabajo.
[[¡En la sala virtual de juntas!]]
Prepárese para reunirse con colegas y otros en cualquier ubicación en un instante, sin necesidad de viajar o siquiera atravesar un campus corporativo.

“Gracias a la teletransportación, puedes hallar gente mucho más rápido”, indica Florent Crivello, fundador y CEO de Teamflow, una startup que crea espacios de oficina virtuales.

Tales reuniones irán mucho más allá de sesiones de Zoom, por ejemplo, al permitir que trabajadores colaboren en el diseño de juguetes, muebles o edificios usando herramientas de 3D.

Trabajar en entornos virtuales podría ayudar a agilizar lo que hoy son procesos largos y complejos. Tolga Kurtoglu, director tecnológico de HP Inc., concibe poner a prueba la forma en que los vehículos abordan los choques antes de ser manufacturados. Autos virtuales reemplazarían a vehículos y muñecos de prueba reales y mostrarían el desempeño de un vehículo bajo cualquier número de condiciones meteorológicas o viales.
[[¡Nuevos tipos de empleos!]]
Cuando surgió internet, negocios de todos los sectores crearon presencias en línea. Un desarrollo similar sucederá en el metaverso, generando empleos nuevos, dicen analistas.

Tiendas, arenas de espectáculos, aulas de clase y demás espacios virtuales nuevos necesitarán soporte en vivo, así como gente para desarrollarlos en primer lugar.

Es posible que algunos de los empleos que surjan no existan hoy. Antes de internet, “¿habría imaginado que habría personas que se ganaran la vida como influencers de redes sociales?”, plantea Kurtoglu.

Otros empleos cambiarán. Por ejemplo, los agentes inmobiliarios mostrarán a clientes réplicas virtuales de propiedades a la venta y los guías turísticos darán adelantos virtuales de vacaciones en el mundo real, predice Egan.

También prevé empleos que giren en torno a bots de inteligencia artificial diseñados para imitar la apariencia y la conducta de personas reales, vivas o muertas. “Imagine que su trabajo sea utilizar material de archivo para diseñar una conferencia impartida por Albert Einstein, un concierto de Elvis Presley o una lectura de poesía por parte de Maya Angelou”.
[[¡Formas de contratar y capacitar!]]
El metaverso podría llevar más allá la tendencia de trabajadores que viven lejos de sus sitios de trabajo, dando más opciones a solicitantes de empleo y compañías. “El talento no será adquirido según la ubicación”, señala Richard Kerris, un ejecutivo en Nvidia Corp., quien codirige un proyecto de infraestructura del metaverso llamado Omniverse.

Al menos parte del proceso de entrevista de trabajo se realizará en el metaverso. Eso significa, entre otras cosas, que los candidatos tendrán que adquirir atuendos apropiados para su avatar, prevé Jared Spataro, vicepresidente corporativo de trabajo moderno en Microsoft Corp.

“La manera en que te presentes a ti mismo en el mundo virtual será igual de importante que cómo lo haces en el mundo real”.

Evolucionará la capacitación de trabajadores recién contratados. La tecnología de realidad virtual y realidad aumentada -ya usada para capacitación militar, policiaca y médica- se volverá más sofisticada.

Los empleados nuevos en plantas de manufactura aprenderán a operar maquinaria compleja. En bodegas serán capacitados para empacar cajas y en tiendas minoristas conocerán todos los productos y dónde va cada uno, todo en réplicas virtuales de esos lugares.
[[¡Cuestiones de privacidad!]]
Junto con los avances en trabajo y capacitación, el metaverso podría ofrecer a organizaciones una herramienta exponencialmente más poderosa para supervisión y vigilancia.

Quizá su jefe no vea que pone mirada de incredulidad en una junta presencial o en video. En el metaverso, si el rastreo ocular está activado en su casco, esa expresión podría ser grabada y registrada. Si se combina con datos sobre temperatura corporal o ritmo cardiaco de un reloj inteligente, la información podría ser usada para tratar de inferir el estado emocional de un trabajador, advierte Kurt Opsahl, director jurídico de Electronic Frontier Foundation, un organismo de vigilancia de la privacidad.

Aunque eso podría ser útil para buscar formas de motivar a los empleados, tal tecnología podría ser utilizada para predecir quién será problemático y marginarlo, aunque podría ser malinterpretado.

“Esto es preocupante, así esté bien o mal”, apunta. “Si es capaz de entender y reaccionar a su estado emocional, existe el potencial de manipulación o de uso indebido e invasivo de datos”

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