Aunque ya se recuperó el número de empleos formales que había antes de la pandemia, aún faltan por recobrar más de un millón de puestos que no se generaron por el bajo crecimiento del 2019 y la contingencia de salud, de acuerdo con un análisis de Banco Base.

“No se ha recuperado la tendencia que se tenía antes del coronavirus… porque ustedes saben que se van incorporando al mercado laboral jóvenes, entonces se calcula que hay un déficit de empleos de alrededor de un millón de personas”, señaló Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y financiero de Banco Base.

Detalló que en el 2019, antes de la pandemia, el ritmo de creación de empleos ya había bajado, pues se generaron sólo 342 mil 77 puestos formales, la menor cifra anual desde la crisis financiera del 2009.

Tomando en cuenta la tendencia en el crecimiento del empleo del 2000 al 2018, los 21 millones 8 mil 487 puestos formales que hay en México muestran un déficit de un millón 10 mil 198 plazas, de las cuales el 78 por ciento puede ser atribuido a la crisis generada por el Covid.

“Esto implica que no es sólo la pandemia, sino que algo se ha hecho mal desde la política económica del País que ha generado este rezago y, bueno, pues todo esto se ve reflejado también en los datos del empleo”, señaló Siller en el marco de una conferencia con el Colegio Monterrey.

En cuanto al mercado laboral total, incluyendo el informal, dijo que aunque también se ha recuperado el nivel prepandemia, aún hay personas que desearían trabajar más horas o que aunque no están buscando empleo si les ofrecieran alguno lo aceptarían.

Por otra parte, Banco Base está estimando que en un escenario central con una tasa de crecimiento anual de 1.5 por ciento, México recuperaría el PIB máximo alcanzado en el 2018 hasta el segundo trimestre del 2024, mientras que en el caso del PIB per cápita sería hasta el 2036.

Reservas de alimentos
En su conferencia, Siller sugirió que ante el difícil panorama económico, quienes no cuentan con muchos recursos podrían prepararse con un inventario de alimentos enlatados y con ello protegerse de la inflación y una posible escasez.

“En la medida de lo posible, (se recomienda) tener algo de latas guardadas porque ustedes saben que un escenario de una guerra es un escenario completamente distinto y la guerra (en Ucrania) no se ha terminado, no sabemos en dónde va a parar y esto puede afectar (más) al precio de los granos con la escasez”.

La invasión de Rusia a Ucrania, explicó, ha elevado significativamente el precio de los fertilizantes, por lo que algunos agricultores han dejado de sembrar y podría haber menores cosechas conforme el conflicto perdure.

“Va a haber menor cosecha y pueden subir los precios e inclusive darse hasta cierta escasez de alimentos”.

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