Este año decenas de empresas del sector de tecnología han llevado a cabo numerosos despidos. De acuerdo con la plataforma Layoffs Tracker, Meta despidió a 11 mil personas, Amazon a 10 mil, Booking a 4,375, Twitter a 3,700 y Uber a 3 mil. Además, muchas empresas de menor tamaño cerraron por completo sus operaciones.

Estos números podrían no ser tan relevantes si se hubieran dado en sectores como el manufacturero, que es más intensivo en capital humano. Pero en las empresas de tecnología trabajan pocas personas en relación con el valor de las mismas. Para algunos líderes del sector, esta fue la primera vez que se enfrentaron a la necesidad de llevar a cabo recortes de personal, y cada vez queda más claro que, lo que estamos presenciando, es una transformación profunda de la industria.

Con excepción de Twitter, cuya situación es particular por el revuelo de la compra de acciones que hizo Elon Musk, la mayoría de los voceros de las empresas argumentaron que los despidosfueron el efecto de un proceso de sobrecontratación que se dio en tiempos de confinamiento, cuando el comercio electrónico alcanzó altos históricos y se pensaba que muchas de esas tendencias no retrocederían. Sin embargo, los perfiles de los despedidos no fueron solamente aquellos contratados en los últimos años, sino que se fueron también personas que habían estado desde antes en las empresas y se cerraron divisiones enteras que llevaban años operando.

Mucha de la información más interesante de lo que está sucediendo no está en las declaraciones de los voceros de las empresas, sino en redes sociales como Linkedin y Blind (donde los empleados pueden poner testimoniales anónimos). En ellas se perciben fuertes contrastes entre exempleados que se van a otras etapas de sus vidas profesionales agradecidos por la forma en la que se les trató y aquellos que se decepcionaron de la faceta que mostraron sus empleadores.

Sobra decir que las mejores empresas para trabajar son aquellas que entienden que los excolaboradores pueden ser embajadores de la misión de la empresa por el resto de su vida o pueden ser voceros de lo negativo. Hoy, en redes sociales, es posible leer todo tipo de testimoniales.

Asimismo, se ha cuestionado mucho la narrativa de los líderes ante los recortes, pues hay quienes creen que el discurso de la sobrecontratación es sólo un pretexto frente a retos más grandes y miedos más inmediatos. Se habla de la necesidad de dar resultados en un mundo donde el costo de capital es más caro, donde se busca una mayor eficiencia con miras a una posible recesión y donde las empresas se quieren subir a la ola de viajar más ligero para no quedarse atrás en su sector.

México no está exento del proceso. Solamente en las últimas semanas, Twitter cerró sus oficinas y Beat, la aplicación de viajes, dejará de dar servicios. También, en el unicornio mexicano Konfio hubo un recorte de 180 personas mientras que en Bitso, la plataforma de intercambio de monedas digitales y tradicionales, la baja fue de 80 personas.

Ese talento se reubicará con facilidad y la industria se seguirá transformando. Apenas estamos empezando a vislumbrar las implicaciones del mundo post pandémico pero, hasta ahora queda claro que, tan importantes son las estrategias en tiempos de crisis, como en tiempos de crecimiento acelerado. Esto con la finalidad de que las caídas no sean tan pronunciadas.

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