Casos de éxito en España y la semana de cuatro días

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Las empresas que participan en este diagnóstico reciben muchas solicitudes de empleo.  El “antes” de estas empresas era trabajar cinco días a la semana, es decir, lo normal para la mayoría de los empleados de España. Ahora en esta compañía trabajan cuatro días, en los que reparten una jornada de 32 horas con la misma retribución que antes del cambio.

Además de solicitudes, estas empresas también reciben muchas preguntas. Compañías de sus sectores, la competencia, quieren saber cómo recorrer el mismo camino, cómo recortar un día en la semana laboral y que esto no afecte a sus resultados.

A continuación, seis responsables de empresas que han implantado la semana de cuatro días en España (algunas con 32 horas semanales, otras con unas 36) sin rebajar salarios explican esta transición, paso a paso.

¿Qué se debe hacer antes? “No tiene sentido hacer el cambio a una jornada de cuatro días de repente. Antes se han tenido que tomar otras muchas medidas que faciliten la flexibilidad en la empresa”, explica Ana Arroyo, responsable de recursos humanos en la compañía tecnológica Software Delsol. Para que funcione la jornada de cuatro días considera clave que en la empresa esté instalada una cultura que penalice el presencialismo y fomente el trabajo por objetivos. “Además”, continúa, “es muy difícil aplicar esto si hay precariedad en la compañía, si los salarios son bajos o si los contratos son temporales”.

Casi todas las empresas consultadas aplicaron el teletrabajo antes de la jornada de cuatro días. El éxito del empleo remoto les animó a dar el siguiente paso. “Nos dio más miedo el salto al teletrabajo, no teníamos claro si iba a funcionar. Pero fue genial, al igual que está yendo trabajar cuatro días. Al final es lo mismo, dar más libertad al trabajador para que esté más contento”, explica Juanpe Granados, consejero delegado de la agencia digital Estati.Co.

“La pandemia demostró forzosamente que se puede ser igual de eficiente desde casa. El que está comprometido con su trabajo en la oficina lo está aún más si le pones las cosas fáciles”, añade Mamen González, responsable de recursos humanos del grupo empresarial Simeom Capital.

¿Quién plantea la idea? “En nuestro caso fuimos las socias las que pusimos sobre la mesa la posibilidad de trabajar cuatro días”, dice María Álvarez, corresponsable del restaurante madrileño Francachela y de la empresa de comunicación Ephimera. “La idea se nos ocurrió durante el confinamiento, que fue un infierno. Hubo un tiempo en que los colegios estaban cerrados pero trabajábamos. La conciliación era imposible. Recuerdo los grupos de WhatsApp de madres del cole en que todo el mundo decía lo enfadado que estaba. Entonces nos preguntamos qué podíamos hacer para, al menos nosotras, mejorar la vida de nuestros trabajadores”.

La semana de cuatro días es especialmente llamativa en su negocio hostelero, un sector caracterizado por condiciones precarias. “Parecía una locura cuando me lo planteó mi socia, pero está yendo muy bien”. En la empresa tecnológica Tecalis la iniciativa también parte de la dirección. “Llega un momento en que nos queda claro que podemos dar un paso más, que es la evolución natural al resto de medidas de flexibilidad laboral que veníamos adoptando”, comenta Isidoro Martínez, consejero delegado de la compañía.

¿Cómo organizarlo? ¿Qué cambios hacer? En las seis empresas consultadas los trabajadores pueden ampliar su fin de semana librando el lunes o el viernes. “Es mejor eso que partir la semana, que librar un miércoles”, comenta Granados. En Software Delsol los turnos son rotatorios, de manera que cada cuatro o cinco semanas se pasa de librar los viernes al lunes. “Eso hace que casi una vez al mes los trabajadores tengan un macropuente de cuatro días. Es un as en la manga”, detalla Arroyo.

Uno de los principales retos es conseguir que el servicio sea igual para el cliente los lunes y viernes, cuando hay menos plantilla. “Para organizarlo bien, los turnos deben quedar claros, que el servicio no se vea mermado. Hay que cuadrar los Excel para que la atención sea la misma”, añade Arroyo.

La mayoría de empresas no ha necesitado hacer nuevas contrataciones para implementar la semana de cuatro días. Sí ha habido incorporaciones para implementar este modelo en Software Delsol y en las líneas de negocio en las que lo ha desarrollado Simeom Capital. “Me senté con los managers de cada equipo para saber cuántas personas necesitarían”, indica González, la responsable de recursos humanos.

Cómo hacer lo mismo en menos horas. Este punto es el más importante según todas las empresas. Por ejemplo, en Francachela cambiaron la carta. “Cambiamos unos huevos rotos que nos exigían muchísimo tiempo por unas papas con mojo que podíamos hacer con más agilidad. Además, los clientes piden lo que quieren desde la mesa por WhatsApp, con un sistema que convierte las conversaciones en ticketing”. En la empresa de Granados trabajan con un gestor de tareas: “Hacemos una auditoría mayor de los tiempos en la oficina, tener claro cuánto le dedicamos a cada encargo para saber si es el adecuado o más del necesario”.

Polo, de Good Rebels, asegura que en su empresa ahora se piensan muy bien a quién convocan a cada reunión. “Hay muchas formas heredadas de trabajar en oficinas que tienes que cambiar. No tiene sentido que estemos ocho en una reunión en la que realmente solo tienen que estar cuatro”. En su compañía, además, no hay descansos de dos horas para comer, un clásico del mercado laboral español que alarga muchísimo las jornadas. “Lo importante es que el trabajador cumpla con los objetivos. Mientras no sean inabarcables, qué más nos da cómo se organice y si los consigue cumplir en menos horas”, añade Granados, convencido de que un trabajador no rinde “ocho horas seguidas por igual”.

¿Qué problemas aparecen? El mayor temor que expresan los empresarios que han puesto en marcha estos sistemas es la acogida de los clientes. “Hubo comentarios de clientes preocupados por si el servicio se veía degradado, pero en cuanto comprobaron que no era así todo ha ido perfecto”, comenta el responsable de Tecalis, que también veía como una amenaza el aumento en el estrés por hacer más tareas en menos tiempo: “No está pasando. Esta medida facilita tanto la conciliación y la productividad que, creo, el estrés no aumenta”. “Los clientes nos están apoyando muchísimo, incluso nos preguntan cómo lo hacemos para conocerlo de primera mano”, añaden desde Good Rebels. “Creo que perjudica un poco la comunicación, ya que no todos trabajamos a la vez algunos días, pero sin duda hay más ventajas que inconvenientes”, finalizan desde Software Delsol. Álvarez repasa algunos de esos beneficios: “Hay menor rotación de personal, el trabajador está más contento y comprometido, captas más talento, eres más productivo… Es un verdadero acierto”.

 

 

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Jorge SalesCasos de éxito en España y la semana de cuatro días