Huelga en plantas armadoras en EU amenaza cadena de abasto mexicana

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El Economista

Li­lia Gon­zá­lez

Autopartistas, con la cadena más tensa

El año pasado, casi 40% de las compras estadounidenses de autopartes fueron surtidas por empresas desde México, que es el principal proveedor. 40% de alza salarial piden los 150,000 afiliados a la UAW, tasa similar a la de directivos. 13.5 millones de vehículos armaron las fábricas de EU en 2022.

Si los paros se amplían más allá de las tres plantas afectadas actualmente, el impacto en México puede triplicarse y llegar a 1,000 mdd mensuales, estima el asesor de empresas del sector Alberto Bustamante; el líder de la UAW dijo este domingo que el conflicto puede ampliarse

La huelga que iniciaron este viernes los trabajadores sindicalizados de las automotrices General Motors, Ford y Stellantis en Estados Unidos en tres plantas de ese país podría extenderse a todas las manufacturas de dichas marcas en los próximos días, provocando daño a la cadena de proveedores en México, por un monto económico estimado de afectación en 1,000 millones de dólares en un mes, consideró Alberto Bustamante, consejero asesor de la industria automotriz en México.

El fin de semana, la Industria Nacional de Autopartes (INA) proyectó que el impacto para México será de 76 millones de dólares en pérdidas, tan sólo por dejar de enviar partes y componentes durante una semana a las tres plantas afectadas. Suponiendo un impacto lineal, esa cifra significaría poco más de 300 millones de dólares en un mes.

Desde el viernes, trabajadores del sindicato United Auto Workers (UAW) estallaron la huelga en tres plantas: una de General Motors en Wentzville (Misuri), otra de Stellantis en Toledo (Ohio) y una filial de Ford en Wayne (Michigan).

El conflicto abarca a 12,700 de los 150,000 afiliados al UAW que trabajan en estas compañías, pero el alcance podría amplificarse si las empresas no presentan mejores propuestas salariales, advirtió este domingo Shawn Fain, presidente del UAW.

“En este momento estamos hablando que iniciaron (la huelga) con tres plantas, pero se sumarán todas las plantas de las tres marcas y el daño a la cadena de proveedores de México sería de 1,000 millones de dólares (mensuales)”, comentó Alberto Bustamante, quien fue director de la INA. Esto es, más de tres veces el impacto de la huelga en su escala inicial.

La UAW demanda un incremento salarial de 40%, alza que, aduce, es similar a la que han tenido los directivos de las empresas fabricantes. El presidente Joe Biden y otros políticos demócratas han mostrado su solidaridad con la petición de los trabajadores.

Las empresas involucradas en el conflicto advierten que las demandas de la UAW son inviables en medio de la competencia que enfrentan por parte de fabricantes de vehículos eléctricos que no tienen fuerza laboral sindicalizada —como Tesla— o de armadoras chinas, con estructuras de costos más competitivas.

En tanto, el fin de semana se supo que Stellantis elevó su oferta y propuso un aumento de casi el 21% durante los cuatro años de vigencia del nuevo convenio colectivo, frente al 14.5 por ciento de hace una semana.

No obstante, para Fain, una oferta del 21% está lejos de ser suficiente. GM y Ford ofrecen subir los salarios un 20 por ciento en total.

México, por su parte, es el principal proveedor de partes y componentes de vehículos a Estados Unidos, y en los últimos meses ha incrementado participación de mercado a casi 43% del total de las importaciones estadounidenses.

En el 2022 el valor de las exportaciones mexicanas de autopartes a Estados Unidos creció 18.7% a un nivel récord de 71,384 millones de dólares.

De no prosperar las negociaciones, las armadoras podrían considerar a reubicar plantas del sur de Estados Unidos a México o Canadá, como una opción de producción a costo competitivo, comentó Bustamante.

Alberto Bustamante consideró que -en breve- se sumaría el resto de los trabajadores de las plantas de General Motors, Ford y Stellantis, y si se considera que las más de 100 plantas que suman en conjunto, México tendrá impacto millonario.

La INA en México reaccionó por verse afectada en las líneas de producción, y confió en el pronto diálogo, “es esencial en la construcción de acuerdos que sean beneficiosos para el desarrollo del sector automotriz, por lo que lamenta que las partes involucradas no hayan alcanzado un acuerdo hasta el momento.

En este sentido, la Industria de autopartes mexicana hace votos para que el diálogo continúe con el fin de llegar a un acuerdo satisfactorio entre las partes lo más pronto posible.

Tan sólo una semana, dijo, representaría hasta el momento disminución del 0.1% de las exportaciones mexicanas de autopartes realizadas a Estados Unidos durante 2022.

12,700 de los 150,000 afiliados de la UAW están en huelga desde el viernes pasado.

40% de incremento salarial para los próximos cuatro años buscan los trabajadores afiliados a la UAW.

Las empresas involucradas en el conflicto advierten que las demandas de la UAW son inviables en medio de la competencia que enfrentan por parte de fabricantes de vehículos eléctricos que no tienen fuerza laboral sindicalizada —como Tesla— o de armadoras chinas, con estructuras de costos más competitivas.

“En este momento estamos hablando que iniciaron (la huelga) con tres plantas, pero se sumarán todas las plantas de las tres marcas y el daño a la cadena de proveedores de México sería de 1,000 millones de dólares (mensuales)” –Alberto Bustamante, ASESOR DE EMPRESAS AUTOMOTRICES.

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