Reporte Global de Integridad 2024: desafíos para las empresas latinoamericanas

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La integridad es un elemento clave para las organizaciones y les permite diferenciarse claramente para asegurar su valor, éxito y sostenibilidad a largo plazo. En ese sentido, el Reporte Global de Integridad 2024 de EY presenta resultados que nos llevan a la reflexión, para tomar acción y pasar del “decir” al “hacer”.

En resumen:

  • 38 % de los encuestados latinoamericanos consideran que los ejecutivos estarían dispuestos a comportarse de manera no ética.
  • 64 % percibe que la integridad en sus organizaciones ha mejorado en los últimos dos años.
  • 47 % de los encuestados destacaron que al menos en una ocasión en la que denunciaron un acto no ético, sintieron presión para no hacerlo.

Si bien las organizaciones han incrementado sus esfuerzos para generar y promover una cultura de integridad, aún prevalece una cierta predisposición por parte de colaboradores de todos los niveles de incurrir en actos no éticos con el fin de obtener mejores resultados para sus empresas o beneficios personales.
Para poner en perspectiva, el Reporte Global de Integridad 2024 de EY señala que:

  • 38 % de los encuestados latinoamericanos consideran que los ejecutivos estarían dispuestos a comportarse de manera no ética con el fin de mejorar su carrera o situación financiera personal. Entre algunas de las acciones que podrían llevar a cabo se encuentran: proveer información falsa a la gerencia, ignorar conductas no éticas en sus equipos y falsificar datos de clientes, entre otras. Cabe señalar que a nivel global los resultados son similares.
  • 46 % considera que hay gerentes en su organización que sacrificarían su integridad para obtener ganancias cuestionables de corto plazo para la organización.
  •  33 % indica que en sus organizaciones se tolera el comportamiento poco ético cuando está implicado el personal directivo o de alto rendimiento.

Presión al momento de reportar una conducta no ética. 47indicó que al menos en una de las ocasiones en las que tuvieron que denunciar una conducta indebida sintieron presión para no hacerlo.

La percepción y sus contradicciones

En los últimos dos años se han percibido mejoras, ya que 64 % de los encuestados latinoamericanos consideran que se ha puesto mayor atención a la cultura de integridad. Esta sensación de mejora se debe principalmente a los siguientes criterios:

  • La necesidad de cumplir con las exigencias de los clientes (35 %).
  • La gestión de la gerencia (45 %).
  • El impulso regulatorio (46 %).

Pese a ello, saltan a la vista las presiones al momento de reportar una conducta no ética. Por ejemplo, el 47 % de los encuestados indicaron que al menos en una de las ocasiones en las que tuvieron que denunciar una conducta indebida sintieron presión para no hacerlo.

Por otro lado, buena parte de los ejecutivos no reportaron alguna conducta no ética porque pensaron que sus preocupaciones no serían atendidas (39 %), consideraron que no era su responsabilidad abordar la situación (33 %) o sintieron presión de la gerencia para no reportar (22 %).

Desafíos: 64indicó que mantener los estándares de integridad en periodos de cambio o condiciones de mercado difíciles es un desafío.

Retos para la integridad

El 64 % de los encuestados en Latinoamérica indicaron que un desafío para las organizaciones en las que trabajan es mantener los estándares de integridad en periodos de cambio o condiciones de mercado difíciles. Este porcentaje es más alto al reportado a nivel global (50 %).

Tanto a nivel global como regional, más de la cuarta parte de los encuestados, 28 % y 27 % respectivamente, dice que el mayor riesgo interno radica en que los colaboradores no interiorizan las reglas que deben regir su conducta. A ello se suman otros factores internos como la alta rotación o la falta de recursos.

A nivel externo, el entorno macroeconómico actual representa la mayor presión externa para que los colaboradores no actúen con integridad, así lo afirma el 39 % de ejecutivos regionales. A lo anterior se suman la crisis relacionada con la salud y las expectativas de desempeño financiero en el mercado.

Es vital fortalecer la cultura de integridad en todos los niveles, no solo para evitar sanciones o multas, sino para fijar los objetivos de las empresas sobre bases sólidas, ofrecer valor a los grupos de interés, generar confianza en el mercado, minimizar riesgos y proteger la reputación corporativa, además de atraer al mejor talento. La integridad aporta beneficios a las organizaciones y les permite diferenciarse claramente para asegurar su valor, éxito y sostenibilidad a largo plazo.

Consulta el reporte completo aquí

 

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Jorge SalesReporte Global de Integridad 2024: desafíos para las empresas latinoamericanas