Pandemia degradó más la calidad del empleo

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A pesar de que ya se logró la recuperación de los puestos de trabajo perdidos a causa de la pandemia, hoy hay más personas trabajando en la informalidad, con menores ingresos y sin acceso a instituciones de salud.

Gerardo Hernández |El Economista

A dos años del impacto de la pandemia en México, la fotografía es distinta para el empleo: el mercado laboral ya recuperó las plazas perdidas, pero los trabajadores están en condiciones más adversas. A medida que se incrementaron las plazas y más personas se incorporaron a la población ocupada, también aumentó la fuerza laboral en informalidad, con salarios bajos y sin acceso a instituciones de salud.

Al cierre del 2021, la población ocupada se incrementó en 1.1 millones de personas en comparación con marzo de 2020, el período previo a las afectaciones de la pandemia en el mercado laboral, de acuerdo con lo reportado por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Sin embargo, a pesar de la recuperación en la ocupación, el trabajo subordinado y remunerado tiene un déficit de 59,566 plazas. Mientras tanto, otras condiciones, como el trabajo por cuenta propia y el trabajo no remunerado han concentrado las ganancias, abarcando a un millón y a 242,642 personas más que antes del impacto de la pandemia, respectivamente.

Pero este no es el único indicio de una recuperación con una mala calidad en los empleos. La informalidad tiene 1.1 millones de puestos de trabajo adicionales a los que reportaba en el período prepandemia. En tanto, la formalidad apenas logró reportar un nivel superior a lo registrado antes de la emergencia sanitaria por 68,446 plazas adicionales.

Los trabajadores informales fueron los más afectados por el desempleo. Pero también es el tipo de empleo con una recuperación más progresiva, refiere el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en su monitor del mercado laboral. En diciembre de 2021 la tasa de informalidad fue de 56.5%, lo que implica un nivel de 4.8 puntos porcentuales por arriba de lo observado en marzo de 2020.

“En la informalidad no se tienen prestaciones, por lo tanto, esto afecta los ingresos de las familias mexicanas y sus expectativas, porque son trabajos con un mayor riesgo de poder perderse ante cualquier evento que pueda suceder, como la pandemia”, expuso Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.

Por otra parte, en casi dos años la población ocupada sin acceso a instituciones de salud incrementó en 669,381 personas.

En tanto, los perfiles salariales más bajos han concentrado las mayores ganancias a medida que disminuye la población trabajadora con ingresos más altos. En suma, la población que gana hasta dos salarios mínimos llegó a un universo de 33.9 millones de personas, 1.5 millones de personas más que antes de la crisis.

A pesar de que este fenómeno se responde en buena medida por los incrementos históricos al salario mínimo, tampoco se puede perder de vista que a lo largo del 2021 parte de la recuperación se presentó en niveles salariales inferiores, apuntó Gabriela Siller.
La brecha laboral persistente

La brecha laboral, que abarca a las personas en desempleo, las subocupadas y las inactivas pero disponibles, se ubicó en un nivel de 23 por ciento. Este indicador refleja la medida más amplia de la necesidad de empleo en el país y está todavía en cifras altas en buena medida porque la subocupación y la población inactiva siguen con registros elevados.

De acuerdo con el IMCO, este indicador se mantiene 3.4 puntos porcentuales superior a lo observado antes de la emergencia sanitaria. “Pese a la reincorporación gradual de personas a la PEA, la proporción de disponibles y subocupados continúa superando los niveles registrados antes de la crisis”, sostiene la organización en su análisis.

“No podemos decir que es el mismo mercado que se tenía antes de la crisis del coronavirus, es un mercado más vulnerable”, subrayó Gabriela Siller.

Desde la perspectiva de la especialista, la recuperación del mercado de trabajo ha mostrado una tendencia hacia la informalidad y los ingresos bajos. Adicional a esto, el hecho de que la subocupación, que engloba a las personas que trabajan con jornadas reducidas, se mantenga alta indica que muchas personas necesitan trabajar más horas porque no alcanzan a cubrir sus necesidades con su empleo actual.

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