La pérdida del empleo puede llevar a un estrés postraumático si no se sabe afrontar el duelo, es una situación bio-psico-social que requiere atención, afirman especialistas.
Ser despedido causa vergüenza -lo de menos es la causa de este- y para algunas personas se convierte en una gran derrota, lo que implica que no se cuente o se mienta en las próximas entrevistas de trabajo, esta situación puede llevar, incluso a estancarse en un proceso que no se vive adecuadamente, y esto impide ponerse en acción de cara a conseguir un nuevo trabajo, dice Elena García Agruña, consultora de Recursos Humanos.
Por esa razón, el despido debe vivirse como un proceso de duelo, eso quiere decir ser consecuentes con lo que se vive y entenderlo para poder sobreponerse, afirma la especialista.
Jorge Gutiérrez Siles, consultor senior de la firma Kaysa, considera que un despido es una situación bastante compleja, las empresas que no lo realizan de manera adecuada pueden generar estrés postraumático en los colaboradores.
“Un despido debe estar planeado cuidadosamente, tiene que llevarse a cabo en condiciones de privacidad. Debe existir una comunicación clara y directa, así como ofrecer apoyo”, recomienda.
Además, la desvinculación no debe presentarse sin generar un plan de mejora en las organizaciones, se debe realizar con respeto, con dignidad, de manera que los colaboradores puedan asimilar “el golpe” que representa perder el empleo, agrega.
“Si la política de la empresa es tratar a los trabajadores con respeto, pues entonces se tiene que generar un protocolo de despido, que incluye algunas alternativas para saber qué hará, incluso, el mejor día para realizarlo, que sea entre semana y no en viernes porque se pasará todo el fin pensando en esta situación”, refiere Jorge Gutiérrez Siles.
La razón por la que debe institucionalizarse un protocolo de despido es por la salud mental del trabajador, “porque para este puede ser el único vínculo que lo sostenga en la vida. A veces hay personas que tienen crisis psicológicas y su único vínculo de salud es el trabajo, y si lo pierden entran en una crisis muy fuerte”, advierte.
Por esto, es importante que las organizaciones tengan personal especializado y capacitado para proceder, de lo contrario podría convertirse en un proceso de violencia laboral y lo que le ofrezcan de liquidación ni siquiera le ayudará a cubrir su tratamiento de salud mental, puntualiza el especialista.
La salud mental y la pérdida del empleo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que permanecer sin trabajo, la inseguridad laboral y financiera, así como la pérdida reciente del empleo también son riesgos psicosociales que deterioran la salud mental.
En 2019, al menos15% de los adultos en edad de trabajar tenía un trastorno mental asociado al estrés laboral y al posible despido, según datos del Informe Mundial de Salud Mental de la OMS.

