IA, el frágil equilibrio entre sensibilidad artística y pensamiento analítico al atraer talento

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Con información del diario español El País.

Los filósofos, diseñadores de interiores, escritores, sociólogos y caricaturistas entre otros pensadores disruptivos suponen un hallazgo porque, además de su diferente sensibilidad, aportan un pensamiento analítico hasta ahora nada explotado en ellos. Seducidos por una tecnología que revaloriza su talento, marcan la diferenciación en la estrategia digital de sus empresas, que las posiciona para ofrecer, por ejemplo, la mejor experiencia de usuario. Una carrera donde las compañías se la juegan.

Un 10% de las tareas de ocho de cada diez empleos se verán impactadas por modelos basados en IA, según Open AI, la empresa que ha desarrollado Chat GPT. Un ejemplo interesantes es el caso del diseñador de interiores y cofundador de Imascono Pedro Lozano, colaborador en la creación y desarrollo del metaverso para la Rafa Nadal Academy by Movistar.

La empleabilidad del talento artístico está ligada “a la curiosidad por experimentar con herramientas para no quedarte atrás y que tu talento puje en el mercado”, asegura. Lozano se refiere no solo “a las habituales de diseño gráfico (Adobe Photoshop, Illustrator) o modelado 3D (Blender, Autodesk Maya) sino a “nuevas herramientas como Metahuman Creator, que mezcla reconocimiento facial y escaneo 3D en la creación de personajes y avatares, proporcionando un acabado fascinante”. E insiste en el valor del creativo con respecto a la aportación del ingeniero programador. “Esto ya no va de que la tecnología funcione. Se da por supuesto. Se trata de que su uso sea una pasada, que tu empresa se diferencie por ello”.

Mayor empleabilidad

Y abren la puerta al perfil de mayor empleabilidad en el sector digital, el de experto en experiencia de usuario (UX), según la Guía del Mercado Laboral 2023, de Hays. Un perfil que trabaja para lograr una imagen atrayente de una web como en su navegación, sencilla e intuitiva. “No importa del campo del que vengas. Solo necesitas una mente abierta, formarte en algún programa tipo Google Analytics y lanzarte”, apunta la diseñadora UX Lucía Jiménez, de Merckle. Del mismo modo, el sociólogo Joaquín Garcia Abad, tras cursar un máster en Matemáticas, trabaja como científico de datos en Merckle para predecir comportamientos del usuario a través de su navegación. “Mis competencias como sociólogo me permiten no solo analizar esos comportamientos, sino también estructurar este análisis y extraer conclusiones”.

El uso de la IA aumenta significativamente en las empresas de mayor tamaño. La utilizan el 40% de las que tienen más de 200 empleados, según el informe Uso de IA y Big Data en empresas españolas, del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad. Una vez resuelta la parte técnica de estas herramientas integradas en las compañías, las empresas buscan ahora la versión humana de las máquinas. “La IA procesa pero no imagina. El reto para emular a la persona y hacerlo de forma bella, comienza por enseñarle a hablar”, apunta la doctora en lenguaje Cristina Aranda, cofundadora de Big Onion y Mujeres Tech. Y añade “las personas creativas ayudan a extraer patrones de cómo crean y generan expresiones artísticas”. Y augura una creciente demanda de estos perfiles, así como de los humanísticos como lingüistas computacionales, traductores e intérpretes, filólogos y filósofos. “Se necesitan estos profesionales para entrenar a las máquinas con modelos creados a partir de datos ya estructurados. Sólo así podrán entender nuestro lenguaje”.

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