De seguir alargando la huelga en tres de las armadoras más importantes de Estados Unidos, analistas del sector consideran que se podrían registrar aumentos en los precios de los autos para el consumidor mexicano.
Pese a que por el momento el conflicto no es grave para las ventas en México, la reducción de la producción de las unidades de Ford, General Motors y Stellantis podría pegar a los precios en el mercado mexicano.
Hasta ahora se habla de una afectación moderada, pues sólo el 3 por ciento de lo que importa México proviene de esas armadoras afectadas, cuyos trabajadores forman parte del sindicato United Auto Workers (UAW), que preside Shawn Fain.
La huelga está en la planta de ensamble de Ford (línea final de ensamble y línea de pintura) en Wayne, Michigan; la planta de ensamble de Stellantis en Toledo, Ohio, y la planta de ensamble de General Motors en Wentzville, Missouri.
Así que se espera se puedan resolver las demandas antes de afectar el bolsillo de los consumidores de los diversos mercados a los que llegan las unidades, como lo es el mexicano.
El viernes pasado, Fain anunció avances en las negociaciones, no obstante dijo que la huelga se mantendrá y no se prevé que se expanda a más fábricas en los próximos días.
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