De aprobarse, la ley reduciría la semana laboral durante un periodo de cuatro años, a fin de rebajar el umbral a partir del cual los trabajadores tendrían derecho a cobrar las horas extras a su jornada.
La semana laboral de 40 horas es la norma en Estados Unidos desde que fue consagrada en la legislación federal en 1940.
En una comparecencia el jueves ante la Comisión de Sanidad, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado sobre la propuesta de ley, Sanders aseguró que los beneficios derivados del aumento de la productividad en las últimas décadas han sido cosechados sólo por líderes empresariales y no han sido compartidos con los trabajadores.
En contraste, el senador republicano Bill Cassidy consideró que esa reducción perjudicaría a los empresarios, enviaría empleos al extranjero y provocaría drásticos aumentos en los precios.
Esta idea ya fue propuesta por trabajadores del sector automotriz y ha sido experimentada en empresas como Shake Shack, Kickstarter y la unidad neozelandesa de Unilever.

