JASSIEL VALDELAMAR
El reciente paquete de aranceles anunciado por la administración de Estados Unidos impacta principalmente a países del sudeste asiático y la Unión Europea, mientras que México logró sortear los peores efectos, lo que podría consolidar su papel como destino clave para el nearshoring, según análisis de BBVA Research y expertos en comercio internacional.
El pasado 2 de abril, la Casa Blanca impuso un arancel base del 10 por ciento a todas las importaciones, vigente desde el 5 de abril. A esto se suman aranceles recíprocos específicos, dirigidos especialmente contra China y Vietnam, con tasas de hasta 46 por ciento.
No obstante, México y Canadá quedaron exentos de estos aranceles adicionales, salvo por algunos sectores como la exportación de cerveza. Aunque persisten aranceles sobre automóviles, acero y aluminio, los expertos creen que estas medidas podrían ser revocadas en el corto plazo debido a su incompatibilidad con el T-MEC.
“El hecho de que México enfrente un menor nivel de proteccionismo relativo podría darle ventajas para acceder al mercado estadounidense y, por lo tanto, para atraer inversiones. Esto podría revitalizar la oportunidad del nearshoring”, indicó BBVA Research en un informe.
Así, México conserva un acceso preferencial al mercado estadounidense, siempre que sus exportaciones cumplan con las reglas de origen del T-MEC. Según Jair Bravo Gutiérrez, National Managing Partner de Fisher Broyles, esto sitúa a México en una posición estratégica sin precedentes para atraer inversiones.
“Se evitaron los aranceles del 10 por ciento, y el del 25 por ciento solo aplica si los envíos no cumplen con el T-MEC. Sigue siendo mucho más barato que relocalizar la producción a EU”, señaló.

