Futuras desavenencias
Algunos psicólogos auguran desavenencias en el seno de muchas compañías. “No solo es posible que algunos trabajadores no quieran volver a la oficina, ahora tenemos muchos datos que muestran que están dispuestos a aceptar grandes recortes salariales para no tener que hacerlo”.
Como remedio, proponen mantener una conversación sincera. “Los empleados deben ser honrados sobre sus preocupaciones, y los jefes deben preguntar.
No pueden asumir que todos están ansiosos por lo mismo: hay quien está inquieto por cosas como conversaciones triviales y el contacto visual, mientras otros lo están por la posibilidad de enfermar”.
El Síndorme de la Pijama
Abogados consultados por Radar Laboral, puntualiza que lo sucedido durante la pandemia no ha sido teletrabajo, sino una especie de “sálvese quien pueda” obligado por la emergencia sanitaria. Considera que las empresas que hagan una planificación cuidadosa de ese nuevo sistema van a salir reforzadas, pero ve peligros para aquellas que lo apliquen de manera incorrecta. “Las que crean que es plantar un lap top en cualquier lugar y tener al trabajador disponible 100% bajo la premisa de que ‘ya que está en casa, qué menos que atender a la empresa’ se van a equivocar, porque los van a quemar”.
Ante este panorama se entiende que es mejor no pasar del blanco al negro, y que de vez en cuando será necesario el cara a cara. El teletrabajo puede derivar en un telepresentismo que suponga conectarse de 9.00 a 21.00. Y puede generar el síndrome del pijama. Trabajadores que ni se afeitan, ni se bañan, y pasan todo el día en pijama . Somos seres humanos, necesitamos interacción; pero si preguntas a los jóvenes, quieren libertad de espacio y tiempo.

