Los principales objetivos de la norma, pactada por Gobierno,  cámaras patronales  y sindicatos, son atajar la precariedad y corregir la elevada temporalidad.

Tras la reforma, la regla general será que los contrato laborales tenga duración indefinida. La reforma laboral quiere erradicar el fraude en el encadenamiento de contratos temporales. Se considerará indefinido si se está contratado por la misma empresa por dos o más contratos temporales durante un periodo de 18 meses en un periodo de 24 meses en el mismo o diferentes puestos en la empresa. Si el contrato no termina antes de marzo, fin de los tres meses de adaptación, te tendrán que hacer fija. Con la nueva reforma laboral, la temporalidad es una excepción. Si la empresa no tiene causa de contratación temporal, no podrá hacerte un contrato temporal en ningún caso, si no que deberá ser una relación por tiempo indefinido desde el comienzo del contrato. Ahora la norma general es la contratación indefinida desde el primer minuto.

Una persona trabajadora, que antes podía encadenar contratos temporales hasta 24 meses consecutivos, ahora no podrá superar una prórroga de un contrato temporal de seis meses

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