Más trabajadores en una variedad de industrias en EU se emplazan a huelga, buscando aumentos salariales para seguirle el paso a la inflación, mientras que el ajustado mercado laboral ha eliminado parte del riesgo de abandonar el trabajo.

En las últimas semanas, miles de maestros en Ohio y Washington, trabajadores de casas de reposo en Pensilvania y terapeutas de salud mental en California se han puesto en huelgadespués de venirse abajo negociaciones contractuales en torno a salarios y otros temas.
Otros trabajadores han realizado paros laborales de un día para tratar de sindicalizar cafés, centros de distribución y otros lugares de trabajo.

En los primeros seis meses de este año, hubo 180 huelgas que involucraron a aproximadamente 78 mil trabajadores, contra las 102 que implicaron a 26 mil 500 trabajadores en el mismo periodo un año antes, arroja un rastreador de huelgas creado por investigadores de la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales de la Universidad de Cornell.

Más sindicatos y empleadores también están celebrando duras deliberaciones sobre contratos, con el potencial de huelgas viéndose en el horizonte. Entre las demandas de los trabajadores figuran salarios más altos por la inflación, así como mejores condiciones, lo que refleja cómo la pandemia ha dado nuevas formas a los trabajos y a las actitudes de muchas personas respecto a su trabajo.

La semana pasada, un acuerdo tentativo negociado por la Administración del Presidente Joseph Biden evitó una huelga de trabajadores ferroviarios que estaba programada para iniciar el viernes, en gran parte por temas de horarios y el equilibrio entre la vida privada y la laboral. Una huelga habría trastocado franjas de la economía, desde la minería y la agricultura hasta el servicio de trenes públicos. El acuerdo, que aún debe ser aprobado por los sindicatos, proporcionaría un aumento salarial del 24% en el curso de cinco años.

“Mientras el mercado laboral siga siendo bueno y la gente pueda encontrar trabajo y la inflación sea alta, declararse en huelga conlleva menos riesgo”, consideró Arthur Wheaton, director de estudios laborales de la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales de Cornell.

Considerando paros laborales adicionales en este verano, el número total de huelgas este año aumentó a 267.

Eso incluye 72 huelgas en cafeterías propiedad de Starbucks Corp. y 9 en instalaciones de Amazon.com Inc., en medio de un aumento en las campañas de organización sindical.

Para los patrones, la combinación de una alta inflación, del 8.3 por ciento en agosto, y un desempleo nacional, de 3.7 por ciento, ejerce mayor presión sobre las negociaciones laborales.

Con un mercado laboral ajustado, cuando la contratación es difícil y la rotación es alta, las empresas también enfrentan interrogantes sobre cuánto pueden aumentar los salarios para cumplir con las expectativas de los trabajadores cuando se cierne la amenaza de una recesión, apuntó Michael Lotito, copresidente del Instituto de Políticas del Lugar de Trabajo en Littler, una firma de abogados que representa a los patrones durante las negociaciones de contratos.

“Este es un momento muy, muy conflictivo”, expresó. “Es endemoniadamente difícil averiguar qué vas a aceptar”.

Lotito cree que muchos sindicatos considerarán ahora los aumentos salariales en el acuerdo ferroviario tentativo como una medida de negociación exitosa. “Creo que eso animará a los sindicatos a pedir más”.

Él y otros también dicen que las emociones han hecho presa de muchos trabajadores después de más de dos años de lidiar con la pandemia de Covid-19, porque sus empleos se volvieron más difíciles o más peligrosos, o porque sienten que no recibieron el respeto que merecían por parte de los patrones.

Esas frustraciones son especialmente evidentes en el sector de la salud, donde la pandemia afectó emocionalmente a las enfermeras y otros.

Esta semana en Minnesota, más de 15 mil enfermeras en 13 hospitales en Minneapolis-St. Paul y Duluth se declararon en huelga durante tres días en busca de un aumento salarial del 30 por ciento en el curso de tres años, pero regresaron a sus labores sin resolver la disputa contractual.

Más de 2 mil terapeutas de salud mental en California y Hawái tienen un mes de estar emplazados en huelga en el sistema de salud Kaiser Permanente. El sindicato dice que aceptará aumentos salariales del 4 por ciento en el primer año del contrato y del 3 por ciento en el segundo y tercer año, pero quiere que Kaiser reduzca el tiempo que tardan los pacientes en programar citas, lo que, según el sindicato, puede demorar ocho semanas o más en algunos casos.

“La gente no puede brindar la atención que se necesita”, dijo Sal Rosselli, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, cuyos miembros han estado protestando en Sacramento, Fresno y Oakland, al tiempo que las temperaturas superaban los 38 grados centígrados en algunos días.

Un vocero de Kaiser indicó que la empresa ha abordado las principales preocupaciones de los trabajadores sobre el salario y la carga de trabajo, y que no había motivo para que la huelga se llevara a cabo porque ambas partes habían logrado avances.

“Es hora de que termine esta huelga“, manifestó el portavoz. “Hemos escuchado sinceramente las prioridades de nuestros terapeutas y respondido a las demandas de sus representantes sindicales”.

El aumento en huelgas este año aún no ha alcanzado los niveles observados en el 2018, cuando se realizaron huelgas masivas de maestros en West Virginia, Kentucky, Oklahoma y otros estados. Ese año, más de 500 mil maestros y otros trabajadores de la educación se declararon en huelga.

Pero ahora una huelga de mil 100 mineros en una mina de carbón de Alabama que inició desde el 1 de abril del 2021 no muestra aún señales de ser resuelta pronto.