Es mi más honesto deseo que Diseñadores del Futuro, sea un libro que primero y antes que nada, imprima en la mente de cada lector esa indispensable urgencia por evolucionar e innovar… aceptar de una vez por todas que el tablero y las jugadas son otras. Segundo… asumir de una vez por todas el cambio definitivo y clarificar que este constructo al que denomino de forma optimista y positiva como futuro del trabajo, se aceleró con enorme potencia tan pronto surgieron las noticias sobre la pandemia, forzándonos a concretar, en cuestión de meses, proyectos e iniciativas protagonista… detonador que alteró, quizá para siempre, las viejas reglas laborales y las formas de trabajar… una definitiva sacudida global, de la cual estamos lejos de medir sus alcances.

