El arte perdido del reposo; ¿descansar es mal visto en el mundo laboral?

Loading Agregar a favoritos

Como indica la socióloga francesa Sandra Hoibian, en algunos lugares tener según qué trabajo en momentos de inflación económica es estatus social. No es un simple contrato con objetivos; es la manera más eficaz de sumar contactos y de marcar distancias con el resto. El descanso, el retiro, por el contrario, se tratan a menudo como un sinsentido.

El ensayista francés Alain Corbin ha publicado en Francia Histoire du repos (historia del reposo), una invitación a vivir diferente la relación con la fatiga y con el tiempo. A su juicio, decir “necesito descansar” es formular un deseo, un sentimiento tan cierto como una necesidad elemental. O no, porque, como sostiene, el ocio ha reemplazado al reposo. El ocio ocupa el tiempo y se adueña del espacio. Todo ello en un escenario en el que más de 40 millones de personas del mundo (a su modo privilegiados) abandonaron sus puestos de trabajo el año pasado. Al fenómeno se lo llamó la Gran Dimisión (también denominado la Gran Renegociación, la Gran Remodelación o el Gran Replanteamiento). Hubo gente que se dio cuenta de que podía encontrar mejores formas de ganarse la vida o de no ganársela, ¿para qué?

En cualquier caso, porque ser jefe hoy no es lo mismo que ser jefe en los noventa. Entonces no había teléfono celular y tal vez el puesto, además del deseado salario elevado, ofreciera dos días enteramente libres a la semana y varias horas del día y de la noche. Además, para qué engañarnos, jefes sin jefes hay muy pocos. Se habla mucho de las consecuencias nocivas del bucle del WhatsApp. Ya sabemos que la desconexión es relativa y confusa. Ya sabemos que escribir un correo electrónico en el parque equivale a un mensaje incompleto y a una criatura descuidada. Poco importa que esta sea una época de estrés permanente en la que verbos como descansar o reposar se han borrado de los mapas mentales de la mayoría, época de llegar a los objetivos y al bono con la aceleración de las tecnologías que venían para hacernos ganar tiempo y contrariamente lo quitan porque hay que rendir más. Poco importa que en 2021 la revista científica Environment International estableciera el trabajo excesivo como el mayor factor de enfermedad ocupacional, responsable de una tercera parte de las enfermedades relacionadas con el trabajo. O que otra investigación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señalara —como recogió la BBC— que cada año 750.000 personas mueren de enfermedad coronaria isquémica y apoplejía debido a largas horas de trabajo, lo que advierte que hoy muere más gente por trabajo excesivo que por malaria.

Loading Agregar a favoritos
Jorge SalesEl arte perdido del reposo; ¿descansar es mal visto en el mundo laboral?