En economía, el costo de oportunidad es aquello a lo que se renuncia para obtener algo. En la vida misma, cualquier decisión implica ponderar beneficios y costes. Así, por ejemplo, un estudiante universitario que pasa un viernes por la tarde preparándose para un examen y renuncia a salir con sus amigos, considera que el beneficio futuro de estudiar supera la satisfacción de dedicar tiempo al ocio.
Cualquier decisión, por tanto, implica valorar el coste de oportunidad. También en la decisión de tener un/a hijo/a. La maternidad y paternidad, bajo el supuesto de adoptar esta decisión en el ámbito económico, entre otros aspectos, supone una reorientación de los intereses, que puede llevar a priorizar la vida familiar sobre la trayectoria profesional o a la inversa. Entre los costes de oportunidad que asumen madres y padres puede estar la renuncia a una carrera laboral. Sin embargo, ¿es este coste igual para ambos sexos? No. De hecho, a este fenómeno se le denominada “penalización por hijo/a” Así, la mujer no sólo afronta una penalización por hijo/a, sino que esta se suma a la brecha salarial, diferencia de género que, aun cuando se ha reducido, sigue existiendo.

