El Nacional Monte de Piedad atraviesa por una cirugía mayor en materia laboral; recientemente cerraron 18 sucursales y han venido haciendo desde hace meses, ajustes en la plantilla laboral. Recientemente casi quinientos empleados, de los cuales 300 son sindicalizados. Y de éstos, casi todos veladores que ganaban 10,000 pesos mensuales fueron despedidos y el Sindicato poco pudo hacer. Paradójicamente, los empleados del Monte han legitimado el contrato Colectivo de Trabajo, con el respaldo del 90% de sus agremiados.
Los directores de la Institución sostienen que el Contrato Colectivo del Trabajo absorbe dos terceras partes del gasto corriente del Monte de Piedad. En resumen: el Contrato Colectivo de Trabajo requiere poco más de 700 millones de pesos, apenas 11% del gasto de operación en el NMP. La disparidad entre los salarios que perciben los trabajadores sindicalizados y los de confianza —algunos directivos ganan medio millón de pesos mensuales— están detrás del conflicto entre las partes.
Y también, un giro radical en las actividades de la centenaria IAP. Hace cinco años, el Nacional Monte de Piedad adquirió una Sociedad Financiera Popular (sofipo) llamada La Paz, misma que para finales de ese año adquirió el nombre de la institución. El fin del Monte de Piedad cambió debido a que las sofipos son sociedades con fines de lucro que tienen por objeto promover la captación de recursos, así como colocarlos mediante préstamos o créditos al público en general, éstas son reguladas por en el Padrón de Entidades Supervisadas por la CNBV y en el Sistema de Registro de Prestadores Financieros de la Condusef.

