Durante décadas, el salario mínimo fue una asignatura pendiente de los gobiernos mexicanos se cuidaba mucho que no se incrementara más allá de la inflación; México se volvió atractivo a la inversión bajo las premisas de sueldos bajos y sindicalismo a modo, entonces llegó la inversión pero la hipoteca social se acrecentó…
A partir de los últimos dos años de Enrique Peña Nieto (quizá más por presiones internacionales) y la llegada al poder del presidente Andrés Manuel López Obrador, los incrementos se aceleraron a doble dígito. Si en 2018 el salario mínimo rondaba los 88 pesos diarios, al término de su mandato, en 2024, se llegó a más de 375 pesos para los Estados fronterizos y en 249 pesos para el resto del país, es decir, triplicó su valor.
A imagen de su predecesor, el Gobierno de Claudia Sheinbaum logró concertar con empresarios y sindicatos un sexto incremento consecutivo en el sueldo mínimo en 2025. Para este año se pactó un incremento de un 12% para llegar a más de 419 pesos diarios en la franja fronteriza del norte, equivalente a unos 12.500 pesos mensuales, y en 278 pesos en el resto del país, lo que supone un sueldo de 8.300 pesos mensuales en las zonas no fronterizas. Este aumento beneficia de forma directa a 8,5 millones de trabajadores que perciben el sueldo mínimo y también supone un referente para el resto de los salarios profesionales que se han visto “presionados” por estos incrementos; especialmente aquellos cuyos montos son cercanos al mínimo y que en no pocas ocasiones, quedan diluidos.
En México, el alza de los salarios mínimos se ha convertido en una de las banderas ineludibles de la lucha social de los gobiernos del partido Morena. Sin embargo aún falta mucho camino por recorrer; el salario mínimo sigue contrariando el principio constitucional mexicano de alcanzar para satisfacer las necesidades de una familia: Hoy los 8,300 pesos mensuales no cubren las tres canastas alimentarias y no alimentarias necesarias para tres personas (asumiendo las familias como de tres personas) para tener ese monto, que sería un mínimo decorosos el salario mínimo mexicano debiera rondar los 13 mil pesos mensuales.
Por años, se ha sostenido como los tres principales argumentos para no elevar los sueldos mínimos los siguientes: (i) El efecto inflacionario que pudiese tener y en consecuencia (ii) podría aumentar los niveles de informalidad en la economía y con ello (iii) el crecimiento de la pobreza laboral.
Ciertamente los recientes incrementos no han derivado en una escalada de precios ni en el cierre de empresas. Sin embargo, la informalidad y la pobreza laborales, aunque no se han incrementado de manera notoria en los últimos diez años, tampoco se han visto reducidas por los notables incrementos al mínimo como se muestra a continuación:
Em conclusión, tener sueldos dignos no arruina la economía en México pero tampoco mejora el mercado laboral; pero ello…¿Quiere decir que el salario mínimo se puede subir indefinidamente? No, claro que hay un límite… Pero parece ser más alto de lo que se pensaba. Sin embargo en opinión de algunos economistas europeos “El mercado laboral es, sin duda, donde más ha fallado la comprensión de la economía neoclásica”.

