• El panorama económico internacional se ha complicado en el último mes, luego de la decisión del presidente Vladimir Putin de invadir Ucrania, lo que ya está generando una serie de repercusiones negativas que afectarán a la economía mundial y a los mercados financieros, y cuya dimensión aún es difícil de prever y cuantificar. Dichos impactos seguramente serán significativos.

• La economía nacional muestra una combinación de factores negativos: la actividad económica continúa disminuyendo, la inflación sigue repuntando y el último dato de la balanza comercial presentó un déficit muy abultado.

• Al mismo tiempo, el entorno político doméstico se ha venido complicando debido a diversos acontecimientos y pronunciamientos oficiales que no abonan a la certidumbre, en especial las fricciones con Estados Unidos y la Unión Europea. Ello contribuye en gran medida a un deterioro de las perspectivas económicas.

• Así, en nuestra más reciente encuesta de expectativas, el crecimiento esperado para 2022 es de tan solo 1.9% con una inflación elevada de 5% para el año. En la medida en que persista el conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania, es previsible que continúe el deterioro en estas variables.

• La dinámica de la inflación, tanto en Estados Unidos como en México es preocupante, ya que las presiones son más intensas y persistentes a lo anticipado. Ello prevé una respuesta más decidida por parte de los bancos centrales en su política monetaria, lo que ineludiblemente implicará tasas de interés más elevadas y la posibilidad de una mayor volatilidad en los mercados financieros.

• Otro factor de preocupación en México es que en las últimas semanas se ha intensificado la inseguridad, con la multiplicación de reprobables actos de violencia que tienden a quedar impunes, lo que daña al estado de derecho, factor fundamental para fomentar el círculo virtuoso de confianza, inversión, empleo y crecimiento.

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