El número de días de vacaciones en México es significativamente bajo si lo comparamos con el de algunos de sus socios comerciales y ni se diga con Europa. Conforme a la Ley Federal del Trabajo Mexicana un trabajador gozará de 6 días de vacaciones cumplido el primer año y este número se aumenta en forma progresiva; así un empleado con veinte años de servicio tendrá en promedio unos 18 días de vacaciones como máximo.
En cambio, si ya Europa destaca por la amplitud de las vacaciones en comparación con otras regiones del mundo, los suecos son los campeones del descanso con 33 días de vacaciones pagadas al año. Tras Suecia vienen Alemania con 30 días, Italia con 28 y, en último lugar, Estonia con 20.
Otra cosa es la calidad, inversamente proporcional al número de injerencias laborales que, por obra y gracia de la tecnología, sufre un trabajador en sus merecidos 6, 18 o 30 días de asueto. El 64% de los entrevistados por Infojobs para su informe sobre desconexión digital de 2022 admitían que respondían llamadas o correos electrónicos durante sus vacaciones de verano (en 2021 lo reconocieron un 74%)
Desconexión digital, camino por andar.
“La desconexión digital es un derecho reconocido y regulado en México desde hace poco más de un año, pero limitado al teletrabajo; el problema es que la regulación no va acompañada de sanción; la normativa no dice que la empresa, el mando intermedio o el compañero tienen la obligación de no enviar un e-mail… Es un derecho suave, blando.
La desconexión digital, que no es otra cosa que el derecho al descanso en un mundo hiperconectado, se fortalecería si se blindase con prohibiciones taxativas; si se vinculara de una manera directa, explícita, con la seguridad y la salud en el trabajo, como ocurre con las vacaciones. Y si, además, el empleado utilizara los medios de la empresa en lugar de los suyos propios. En otras palabras, si la lap top o el teléfono móvil profesional, cuyo número tiene todo el mundo en la oficina, donde están los grupos de WhatsApp del trabajo, se quedaran en un cajón del escritorio en horario no laboral. Mientras todas esas circunstancias no se den, seguiremos hablando de trabacaciones y demás palabros nacidos para definir un nuevo escenario personal-laboral de límites imprecisos.
Agregar a favoritos