Cal Newport; Fragmento de su libro Enfócate invitación a la reflexión

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Regla #4: Eliminar lo Superficial

En el verano de 2007, la compañía de software 37signals (ahora llamada Basecamp) llevó a cabo un experimento: redujo la semana de trabajo de cinco a cuatro días. Al parecer, los empleados podían hacer la misma cantidad de trabajo a pesar de disponer de un día menos, y eso los llevó a adoptar el cambio de manera permanente. Todos los años, entre los meses de mayo y octubre, los empleados de 37signals trabajaban solo de lunes a jueves (a excepción del área de servicio al cliente, que sigue funcionando toda la semana). Así explicaba la decisión, en tono jocoso, el cofundador de la compañía, Jason Fried, en su blog: «La gente tiene que aprovechar el clima durante el verano».1 

Poco tiempo después empezaron a oírse quejas en los medios dedicados a los negocios. No habían transcurrido muchos meses tras el anuncio que hizo Fried sobre la decisión de su compañía de adoptar permanentemente la política de la semana de cuatro días cuando la periodista Tara Weiss escribió en la revista Forbes un artículo crítico titulado «Why a Four-Day Work Week Doesn’t Work- [Por qué no funciona una semana laboral de cuatro días). & Sus objeciones frente a esta estrategia se resumían así: 

Apiñar cuarenta horas de trabajo en cuatro das no es necesariamente sin ánimo de eficiencia. Para mucha gente ya es bastante difícil trabajar ocho horas al día. Pedirles que se queden dos más puede hacer que disminuyan el buen ánimo y la productividad.

La respuesta de Fried no se hizo esperar. En una nota de su blog titulada «Forbes Misses the Point of the 4-Day Work Week» [Forbes no entiende la semana laboral de cuatro días], Fried comienza diciendo que está de acuerdo con la premisa de Weiss según la cual sería estresante para los trabajadores comprimir cuarenta horas de esfuerzo en cuatro días. Sin embargo, aclara que no es eso lo que está proponiendo. «El punto central de la semana laboral de cuatro días consiste en trabajar menos -escribe Fried–.La idea no es trabajar diez horas al día, sino trabajar ocho horas en cuatro días más o menos normales.»4 

En un comienzo, el planteamiento puede parecer confuso. Fried había dicho antes que sus empleados hacen lo mismo en cuatro días que en cinco. Ahora dice que sus empleados trabajan menos horas. ¿Cómo pueden ser ciertas ambas cosas? La diferencia está en el papel que cumple el trabajo superficial. Así expande Fried su idea: 

Muy pocas personas trabajan las ocho horas del día de manera constante. Con suerte, logran trabajar bien unas pocas horas entre reuniones e interrupciones y el tiempo dedicado a navegar en la Red, cumplir con políticas de la oficina y hacer cosas personales. Tener un menor número de horas laborales oficiales contribuye a eliminar la capa de grasa de la semana laboral típica. Cuando se dispone de menos tiempo para hacer el trabajo, se respeta más ese tiempo. La gente se vuelve más avara con su tiempo y eso es algo bueno, porque no lo gasta en cosas sin importancia Cuando uno tiene menos horas, suele gastarlas con más cuidado. 5 

En otras palabras, la reducción de las horas laborables en 37signals redujo significativamente el trabajo superficial en comparación con el trabajo profundo y, cómo este último se seguía haciendo, no se dejaron de hacer las cosas importantes. Los asuntos superficiales que pueden parecer tan urgentes en el instante mismo, sorpresivamente resultan ser accesorios.

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