Para los millones de personas que se jubilan cada año, dejar de trabajar puede parecer un merecido descanso. Pero también puede precipitar grandes cambios en la salud cerebral, incluyendo un mayor riesgo de deterioro cognitivo y depresión.
Antes de jubilarte, te levantas por la mañana, socializas con compañeros de trabajo y lidias con los retos mentales de tu trabajo, dijo Ross Andel, profesor en la Universidad Estatal de Arizona que estudia el envejecimiento cognitivo. “De repente, después de 50 años, pierdes esa rutina”.
Existe la idea de que el cuerpo y el cerebro se adaptan cuando “ya no son necesarios”, agregó. “Ahí es cuando se ve el deterioro”.
Pero la jubilación también puede ser una oportunidad para mejorar la salud cognitiva y mental, con tiempo libre para socializar y dedicarse a pasatiempos. E incluso si has comenzado a experimentar cierto deterioro, existe fuerte evidencia de que tu cerebro puede recuperarse de periodos de inactividad, incluso en la vejez, dijo Giacomo Pasini, profesor de Econometría en la Universidad Ca’ Foscari de Venecia.
Un análisis de más de 8 mil jubilados en Europa reveló que la memoria verbal (la capacidad de recordar un conjunto de palabras después de cierto tiempo) generalmente se deterioraba más rápido tras la jubilación que cuando trabajaban. Otra encuesta realizada en Inglaterra mostró un pronunciado deterioro de la memoria verbal tras la jubilación, aunque otras habilidades, como el razonamiento abstracto, no se vieron afectadas.
“Existe evidencia de que la jubilación puede ser perjudicial para la cognición, porque al jubilarse, el cerebro ya no ve tantos retos”, afirmó Guglielmo Weber, profesor de Econometría en la Universidad de Padua (Italia), quien colaboró en el estudio europeo.
La investigación también arroja una relación entre la jubilación y la aparición de depresión. Pasar repentinamente de una “vida laboral ajetreada a una falta de actividad puede exacerbar sentimientos de inutilidad, bajo estado de ánimo y tristeza” y “síntomas depresivos graves y pérdida de memoria”, afirmó Xi Chen, profesor asociado de salud pública en la Universidad de Yale (Connecticut).
La naturaleza de tu trabajo y la perspectiva que tienes de él parecen influir en el riesgo de deterioro. Los investigadores creen que quienes trabajaron en empleos de mayor rango pueden mostrar un declive más pronunciado que otros, posiblemente porque sus identidades estaban más ligadas a sus trayectorias, dijo Chen.
El estudio en Europa también reveló que las personas que dejaron de trabajar antes de la edad de jubilación estándar mostraron un menor deterioro que quienes lo hicieron más tarde, explicó Weber. Esto podría deberse a que quienes se jubilaron antes podrían no haber tenido empleos muy mentalmente exigentes, resultando en un deterioro más gradual una vez jubilados.
Y las mujeres podrían ser menos propensas a experimentar un deterioro mental o cognitivo pronunciado, posiblemente porque son más dadas que los hombres a seguir socializando y pasando tiempo con la familia después de jubilarse, explicó Weber.
La jubilación puede ser una ocasión para crecer en lugar de decaer, señalaron los expertos. La clave está en preparar el terreno de antemano.
No esperes a jubilarte para planear tu jubilación.
“El plan no puede ser: ‘Trabajé tan duro durante tanto tiempo que me tomaré unas vacaciones largas y luego veré'”, dijo Andel.
El voluntariado, en particular, puede ayudar, afirmó Chen. La investigación ha mostrado que las personas que realizan voluntariado regularmente durante su jubilación presentan tasas de envejecimiento biológico más lentas y que pueden prevenir el deterioro cognitivo manteniéndose activas.
Es común que las personas pierdan lazos sociales durante la jubilación, dijo David Richter, profesor de Investigación de Encuestas en el departamento de Ciencias de la Educación y Psicología en la Freie Universität Berlin. “Tenemos pruebas bastante sólidas de que primero se reducen los contactos sociales y luego declina la cognición”, dijo.
Para evitar la depresión, el declive cognitivo y la mortalidad prematura que pueden venir con el aislamiento social, Richter recomendó que los jubilados reemplacen la socialización en el lugar de trabajo con reuniones habituales en persona o virtuales.
Las mejores actividades son las que retan tu mente y fomentan conversaciones significativas con otros – cosas como los clubes de lectura, dijo. “Escuchar la radio, ver la televisión no es lo mismo”, dijo. “Realmente necesitamos tener este va y ven de una conversación”.
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