Aumentos, bonos por firmar, más flexibilidad. En medio de un mercado laboral históricamente ceñido, más trabajadores están sintiendo su poder, y ejercitándolo.
Estados Unidos registró 4.5 millones de renuncias de trabajadores en noviembre, la tasa de dimisiones más alta registrada. A medida que la economía continúa recuperándose, los trabajadores se sienten empoderados para buscar nuevas oportunidades, sabiendo que tienen más demanda que nunca.
“La gente se está dando cuenta de que esta es la única oportunidad en mucho tiempo en la que los empleados parecen tener cierto apalancamiento”, dice Andrew McGregor, un profesional de seguridad de informática de 41 años en Tampa, Florida. El año pasado, McGregor decidió dejar su trabajo si pudiera obtener un aumento lo suficientemente cuantioso como para que valiera la pena. Poco después, recibió una oferta por 30% más de lo que estaba ganando, y renunció.
Más del 80% de los trabajadores estadounidenses dice que la pandemia les ha dado más claridad sobre sus objetivos personales y profesionales, arroja una encuesta reciente de Randstad NV, empresa de servicios de recursos humanos. También tienen expectativas más altas para sus patrones, con el 77% diciendo que quiere mayor flexibilidad laboral.
Los patrones están aumentando los salarios y ofreciendo nuevas prestaciones, como de salud y educación, en un intento por atraer a trabajadores, particularmente en los sectores más afectados, como el comercio minorista y la hospitalidad, donde la escasez de mano de obra ha obligado a los negocios a cerrar o reducir el horario. Los salarios promedio por hora en diciembre se elevaron 4.7% contra el año anterior, muy por encima de la tasa de crecimiento salarial prepandemia de aproximadamente el 3%. Otras industrias que ven una gran demanda por sus productos y servicios, como la tecnología y los servicios profesionales, también están elevando la apuesta.
“El mercado está al rojo vivo y hay mucha inflación en lo que respecta a la compensación”, destaca Paul Knopp, presidente y director ejecutivo en EU de KPMG LLP, una firma de servicios profesionales. KPMG, que tiene 34 mil empleados en EU, está otorgando aumentos salariales históricamente altos, recortando las primas de cuidado de la salud en un 10% y ampliando las prestaciones, incluyendo recesos dos veces al año a nivel empresa que brindan a los trabajadores al menos nueve días libres consecutivos.
En vista del optimismo actual de los directores ejecutivos, una encuesta reciente de KPMG entre 400 CEOs de grandes empresas de EU arrojó que el 86% expresó confianza en las perspectivas de crecimiento de su empresa- Knopp predice que el mercado laboral se mantendrá ceñido durante varios años, y tal vez más.
Un informe reciente de la Conference Board encontró que las empresas están reservando un promedio del 3.9% de la nómina total para aumentos salariales este año, el aumento más grande desde el 2008. Casi el 40% de los encuestados señaló que la mayor inflación, que ha contrarrestado los aumentos salariales en los últimos meses, fue tomada en cuenta en la decisión.
Más allá del sueldo, más empresas también están adoptando encuestas periódicas al personal solicitando retroalimentación y buscando formas de mejorar la retención de los trabajadores, incluyendo mayor desarrollo profesional y un énfasis en la cultura, dice Melissa Swift, líder de transformación en EU de la consultora Mercer LLC.
Para trabajadores como Matt Connors, de Pawtucket, Rhode Island, una cultura de trabajo flexible se ha vuelto no negociable. Connors, de 33 años, renunció recientemente a su trabajo de ingeniería de software cuando él y sus colegas debieron regresar a la oficina; estaban frustrados por la acción después de tantos meses de demostrar lo productivos que podían ser trabajando desde casa. Rápidamente encontró un empleo nuevo que paga 10% más y le permite trabajar de forma remota de forma permanente.
En medio de la zozobra política y la pandemia, la confianza en las instituciones ha disminuido últimamente, refleja la encuesta anual Trust Barometer de más de 36 mil personas encuestadas en 28 países por la firma de relaciones públicas Edelman. Sin embargo, los trabajadores demuestran optimismo en la acción colectiva.
Entre los 15 mil empleados encuestados por Edelman en materia de la confianza entre trabajadores y patrones, el 69% dijo que desea que su patrón refleje sus valores y que su director ejecutivo esté dispuesto a adoptar posturas firmes sobre los problemas sociales que apoyan. Y el 56% cree que un gran grupo de empleados que ejerza una fuerte presión desde adentro puede lograr que una organización cambie casi cualquier aspecto de sí misma.
EU experimentó un repunte en el activismo de los trabajadores en el último año, ya que muchos empleados presionaron para que se tomaran medidas en materia de equidad racial tras el asesinato de George Floyd, y campañas sindicales y huelgas afectaron a empresas desde Starbucks hasta Kellogg’s.
“Eso está presionando”, señala Richard Edelman, director ejecutivo de la empresa. “Creímos que simplemente era un fenómeno de la Generación Z. No lo es”.
La tendencia no se limita a las economías occidentales. Los datos muestran que empleados encuestados en India, China y Japón también están alzando la voz sobre problemas en el lugar de trabajo y lanzando movimientos laborales en medio de la escasez de trabajadores.
Mientras que muchos trabajadores están cambiando de compañía, otros están lanzándose por su cuenta, sabiendo que no tendrán problemas para encontrar trabajo si una empresa en solitario fracasa. De enero a octubre del año pasado, los emprendedores solicitaron el registro del número de identificación fiscal federal para cerca de 4.5 millones de empresas nuevas, 56% más que en el mismo periodo del 2019 y la cifra más alta registrada desde el 2004.
Ese fue el caso de Danielle McGregor, la esposa del profesional de informática de Tampa que renunció a su trabajo por un aumento del 30%. Danielle McGregor renunció a su trabajo de enfermera durante la pandemia y ahora opera un negocio de Etsy que vende agendas digitales. Hoy en día señala que gana un promedio de 4 mil 500 dólares al mes, que es más de lo que ganaba como enfermera. Regularmente le ofrecen trabajo de enfermería, pero no está interesada.

